¡DALE CAÑA, CAÑAMERO!
¡Podemos las malas hierbas!,
grita fuerte el Alfeñique,
y sin que nadie lo explique
-con sus latas de conservas
que de algún supermercado
con disimulo ha trincado
sin vergüenza y sin rubor-
aparece el Podador
disfrazado de torero...
¿Es un orador puntero
o un brutal emprendedor...?
No, es un mero
jornalero
que da caña
a toda España...
¿Caña? ¿Mero?... ¡Cañamero!
¡Cañamero el jardinero
que está por poco dinero
dispuesto a podarlo to!:
-¡Fuera flore, fuera rama,
vi a cumplí con er pograma
y a robá to er choper pó!
Diego Latría
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