EL POEMA DEL ALCALDE
Se dice que empezó cuando la Michi
le pidió a la alcaldesa una interviú,
con la fuerza del mismo Belcebú
y con la chulería de un tal Pichi.
Así me dijo un viejo amigo, el Richi,
que yo de la cuestión no sé ni mu;
sólo sé que el alcalde ahora es el Kichi
que a la Teo le dijo ¡tururú!
Aquí se acaba el robo y el desfalco,
y al que siga robando le respondo
que le dejo tranquilo allí en su palco,
que yo estoy con los míos en el fondo,
que son mi gente buena, son mi calco,
¡y allí no habrá ningún mafioso orondo!
Ramón Drigón
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