POS MODERNO
Más o menos así: coges alejandrinos
y sucesivamente lo vas eslabonando
y cuando todos crean que danzan tu compás
le das una sorpresa de este tipo,
pero vuelves de nuevo con estos de catorce
que como aquellas viejas quinielas que se fueron
serán tu gran apuesta de lírico ultimísimo,
aunque siempre te guardes tus sorpresas...
Ah, mas nunca te olvides del genial contrapunto,
la aparición sublime que el verso dignifica
¡aunque tan sólo tenga nueve!
Y de nuevo retoma tu enorme retahila
eterna, insuperable, larguísima, infinita...
¡Menos mal que la vida es breve!
¡Y para ti la lírica es inútil!
Después, si te apetece, vamos, cuando te hartes,
pon fin a tu poema de la forma en que quieras,
hablando de tu pene o del mundo asqueroso,
del amor tan bonito, del alma de la Tierra,
pero si encuentras algo bastante inesperado
no lo dudes y escríbelo y hallarás recompensa:
puedo escribir los versos más tristes, por ejemplo,
¡pero no te mosquees que esto es broma!
Antonio de Jesús Martínez Gurripato
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