¡OH SANCHO, SÉ MI VICEPRESIDENTE!
Yo te ofrezco la Vicepresidencia,
y una áurica porción de la Corona,
y una ínsula a do vuesa excelencia
dé preciso descanso a su persona.
Excuso, pues, tu lengua fanfarrona,
ya que no tienes, Sancho, mi sapiencia,
la que anuncia la santa independencia
de la suprema terra catalona.
Derrotaré al Rajoy, bestial molino,
y al Domenech le comeré el pepino,
aunque la cola la prefiera atrás.
Pero si fuera poco el alimento,
de mi gran rey suplicaré el sustento,
rendido ante su cetro: ¡Ay, Artur, Más!
Pablito Churcherías
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