Y TAL Y TAL, Y CAL Y CAL...
¡Estáis todos manchados de cal!,
pues no sois como Otegui, mi amigo,
y, aunque suene muy duro, os lo digo
¡por portarse conmigo tan mal!
Yo que quise ser vuestro escudero,
y dijisteis que no... ¡descastados!,
hoy me toca deciros, empero,
¡que de cal estáis todos manchados!
Así dijo muy firme el gachón,
y consuelo buscó en un truhán,
guapetón, vacilón, catalán,
que le dio un gran besazo guarrón...
¡Dame otro con lengua, Don Juan,
que me siento ya mucho mejón!
Pablito Churcherías
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