¡DESVIRGUEMOS A LA CASTA!
¡Desvirguemos a la casta
política del país!
¡Desvirguémosla ya, please,
que con lo sufrido, basta!
Esa casta tan hermética,
impenetrable y penene,
determina que se pene
del Cantábrico a la Bética.
Mas seguirá y seguirá,
si el que la sufre la apoya,
chupando de la gran olla
y mangando aquí y allá.
¡Cuánta chula y cuánto chulo!,
¡ay, las castas de la casta!
¡Yo les quitaba la pasta
y les destrozaba el bulo!
María Erfavó
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